04 Jul Una recolocación desde la psicología positiva
Lara acudió a un programa de recolocación que su empresa me había contratado como parte de la compensación por su despido.
Llevaba más de 10 años trabajando para la misma empresa, ocupando en el último período el puesto de responsable de RRHH. Yo había recibido su curriculum por correo electrónico antes de recibirla en persona, un documento sin actualizar, poco atractivo visualmente y orientado a tareas.
Cuando Lara llegó a mi despacho me encontré a una persona con aspecto descuidado, se podía percibir una tremenda inseguridad en su mirada, su tono y sus gestos, lo que le hacía mantener una actitud defensiva.
Le expliqué paso a paso en qué consistía el programa que íbamos a seguir, cómo íbamos a colaborar para plantear los objetivos y que podríamos tratar los temas que considerásemos necesarios. Igual que un entrenador personal, yo estaba allí para guiarla y motivarla, pero el trabajo y las decisiones eran enteramente suyos. De esta forma, Lara depositó su confianza en mí.
Empezamos por revisar su curriculum y sus competencias, donde pude evaluar su nivel de resiliencia, así como su nivel de optimismo, autoestima y bienestar psicológico general. También le solicité que me describiera cuál era su objetivo a conseguir con la participación en este programa.
Tras esta evaluación inicial, encontré que la capacidad de adaptación a los cambios en este último período de su vida había sido baja, no organizaba su tiempo ni tareas de forma eficiente, aunque según sus propias palabras “no paraba un momento”. La invadía la sensación de que no iba a ser capaz de encontrar un trabajo “en condiciones” nunca, no sintiéndose capaz de dirigir de nuevo un departamento. También me comentó que a nivel personal, sentía vergüenza y desconexión con su familia y amigos.
Su objetivo con este programa era “simplemente encontrar un trabajo”.
Establecimos que las áreas de trabajo durante el programa serán las siguientes:
- Redefinir su objetivo al realizar el programa.
- Autoconcepto y autoestima.
- Optimismo y bienestar psicológico.
- Resiliencia.
En relación al trabajo sobre el autoconcepto y autoestima, propuse un trabajo de:
- Autoconocimiento.
- Verbalización de las autoexigencias y evaluación de forma realista.
- Detectar y cambiar aquellos aspectos con los que no se sentía satisfecha, como por ejemplo la organización del tiempo o los hábitos de vida saludables y aspecto físico.
Para trabajar el optimismo y bienestar psicológico, propuse un trabajo sobre:
- Control de pensamientos negativos, aprendiendo a detectarlos y detenerlos, ocupando su mente en otros más constructivos.
- Locus de control, haciéndola consciente de aquellos aspectos de su vida que están bajo su control, aquellos sobre los que puede influir, y los que están fuera de su área de control. “Desculpabiliación” de su situación de desempleo y aceptación positiva de errores.
- Evaluación y reformulación de sus creencias y expectativas, así como relativización de la importancia e impacto que puedan tener los acontecimientos negativos.
- Trabajo sobre pensamientos y actividades positivas hacia ella misma, aprender a quererse, respetarse y mimarse.
En relación a la resiliencia, trabajando la autoestima, el optimismo y bienestar psicológico y la reactivación de su red de apoyo, aquella debía mejorar ya que son factores directamente relacionado, pero igualmente, añadí un trabajo específico de creatividad en la resolución de problemas para mejorar su capacidad de adaptación, creando situaciones de role-playing en las que pudo que practicar posibles entrevistas o situaciones sociales con posibles oportunidades de empleo.
Tras seis meses de duro trabajo, Lara consiguió cumplir con su principal objetivo de encontrar un trabajo ajustado a sus necesidades, mejorando considerablemente su nivel inicial de bienestar psicológico general y cerrando de este modo su programa.
Sin comentarios